

El marketing omnicanal se centra en el cliente, ofreciéndole una experiencia unificada y fluida a través de todos los canales. Cada punto de contacto, ya sea un email, un SMS o un mensaje de WhatsApp, se integra para continuar la conversación desde donde el cliente la dejó.
Esto implica que la información recopilada en un canal alimenta y enriquece las interacciones en otros. El objetivo es que el cliente perciba una única voz de marca, independientemente del canal que elija.
Por otro lado, el marketing multicanal simplemente utiliza múltiples canales sin una integración profunda. Los canales operan en silos, y la experiencia del cliente puede ser fragmentada o inconsistente.
Ejemplo: Una campaña multicanal podría enviar un email promocional y, por separado, un SMS genérico. Una campaña omnicanal, en cambio, enviaría un email con productos sugeridos y, si no hay interacción, un recordatorio por WhatsApp con los mismos productos, manteniendo el contexto y la personalización.
La combinación de Email, SMS y WhatsApp es poderosa porque cada canal cubre diferentes necesidades y momentos del cliente. Cuando se orquestan, crean una red de comunicación robusta y resiliente.
La orquestación es clave: se trata de saber qué mensaje enviar, a quién, por qué canal y en qué momento. Esto optimiza la relevancia y reduce la fatiga del cliente, mejorando la efectividad general de tus campañas.
Cada canal tiene sus fortalezas y se adapta mejor a ciertos tipos de comunicación. Entender esto es fundamental para una orquestación efectiva.
El email es ideal para newsletters, promociones detalladas, contenido educativo, actualizaciones de marca y construcción de comunidad. Permite contar una historia y nutrir la relación con el cliente a largo plazo.
El SMS es perfecto para mensajes cortos, urgentes y transaccionales. Notificaciones de pedidos, recordatorios de citas, códigos de descuento de última hora o alertas de promociones flash son su dominio.
WhatsApp ofrece un espacio más íntimo y conversacional, ideal para seguimiento de carritos abandonados, atención al cliente, encuestas rápidas, recordatorios personalizados o confirmaciones interactivas.
Una mala implementación omnicanal puede ser contraproducente.
Evitar estos escollos requiere una planificación cuidadosa, tecnología adecuada y un enfoque centrado en el cliente. La clave es la orquestación inteligente, no la simple multiplicación de puntos de contacto.
El corazón de una estrategia omnicanal exitosa son los datos de primera parte (1P). Estos son los datos que tu empresa recopila directamente de sus clientes: historial de compras, comportamiento de navegación, interacciones con campañas, datos demográficos, etc.
Estos datos, combinados con eventos (acciones o inacciones del cliente, como una compra, un carrito abandonado o una visita a una página), permiten una segmentación de audiencias ultraprecisa. La segmentación de clientes es crucial para entregar el mensaje correcto a la persona correcta.
Una plataforma de datos de clientes (CDP) o CRM avanzado centraliza esta información, creando perfiles unificados de cada cliente. Así, puedes entender sus preferencias, su etapa en el customer journey y predecir sus próximas acciones.
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Diseñar campañas omnicanal requiere un enfoque estructurado. Aquí te presentamos un proceso paso a paso para orquestar tus comunicaciones de manera efectiva.
Imagina un flujo que comienza con un evento desencadenante:
Antes de cualquier envío, establece qué quieres lograr. ¿Buscas activar nuevos clientes, recuperar carritos o fidelizar? Los objetivos deben ser SMART. Ej: "Aumentar la tasa de apertura del email de bienvenida en un 15%".
No todos los canales son para todo. Establece una lógica de prioridad. ¿Qué canal es el primario? ¿Qué pasa si no interactúa? Basa estas reglas en las preferencias del cliente (si abre más WhatsApp, prioriza WhatsApp).
El contenido es rey. Usa los datos 1P para ir más allá del "Hola [Nombre]". Sugiere productos basados en compras anteriores o fechas especiales. Cada mensaje debe sentirse como una conversación uno a uno.
Configura triggers que activen flujos automáticamente (carrito abandonado, compra reciente). Define ventanas de tiempo entre comunicaciones (ej. esperar 24h antes del segundo mensaje) para evitar saturar.
Implementa reglas para limitar el número total de mensajes que un cliente recibe por semana en todos los canales (ej. máx 3-5). Esto asegura que tus mensajes sean valorados y no vistos como spam.
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Objetivo: Convertir un nuevo registro en cliente recurrente.
Objetivo: Reducir tasa de abandono y cerrar la venta.
Objetivo: Aumentar retención y uso de recompensas.
Objetivo: Reconectar con clientes sin compra en 60-90 días.
Objetivo: Mejorar experiencia, reducir ansiedad y obtener reseñas.
Medir el éxito va más allá de las tasas de apertura individuales. Necesitamos KPIs holísticos.
El impacto en la ganancia total generada por el cliente.
Porcentaje de clientes que se mantienen activos.
Efectividad agregada de todos los canales para recuperar una venta.
La integración. El multicanal usa canales aislados (silos). El omnicanal los integra para compartir datos y crear una experiencia fluida y coherente centrada en el viaje del cliente.
Los datos de primera parte (1P): historial de compras, navegación web, interacciones previas, demografía y eventos (como carritos abandonados). Estos permiten segmentación y personalización real.
Controla la frecuencia (límite de mensajes por semana), segmenta para enviar solo lo relevante y usa reglas de prioridad y fallback. Prioriza el canal preferido del usuario.
El marketing omnicanal no es solo una tendencia; es una evolución necesaria. Al orquestar Email, SMS y WhatsApp con datos 1P, tu marca conecta de manera significativa.
Al invertir en una plataforma de segmentación de clientes y automatización, como Leal 360, estarás construyendo un sistema robusto que entiende y se adapta a cada cliente. Esto se traduce en mayor lealtad, retención y crecimiento sostenible.